Según las evidencias registrada por estudios científicos, las muy molestas piedras en los riñones, cálculos renales o litiasis renal o de vías urinarias, son de tan larga data, que ya existían hace 7.000 años, de acuerdo con análisis realizados en momias del Antiguo Egipto. En la vida moderna, esta enfermedad generalmente suele manifestarse por primera vez después de la adolescencia y entre los 20 y 40 años especialmente para ir aumentando su frecuencia en las siguientes décadas de vida. También se manifiesta en pacientes con un historial familiar de esta dolencia.
Se relacionan con la litiasis algunos trastornos metabólicos (obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol alto), con componentes genéticos (hereditario) en su aparición. Igualmente, alguien que ya haya sufrido cálculos renales tiene más probabilidades de volverlos a padecer (mayor recurrencia).
Afectan desde los riñones hasta la vejiga
Los cálculos renales son depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de los riñones. La dieta, el exceso de peso corporal, algunas afecciones médicas y ciertos suplementos y medicamentos se encuentran entre las muchas causas que los producen. Pueden afectar cualquier parte de las vías urinarias, desde los riñones hasta la vejiga.
Expulsarlos suele ser bastante dolorosos y discapacitantes, además, dependiendo de su tamaño, localización y tiempo de permanencia pueden producir daños asociados a infecciones pudiendo ser severos y otros casos pueden ser permanentes con falla renal (obstrucción que genera deterioro de la función renal) si no se detectan y tratan oportunamente.
Síntomas más frecuentes
Un cálculo renal no suele causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por del riñón o pasa a los uréteres, los conductos que conectan los riñones y la vejiga. Si se queda alojado en los uréteres, puede bloquear el flujo de orina. En ese momento, podrían experimentarse los siguientes signos y síntomas:
- Dolor punzante o cólico muy intenso en los costados y la espalda, debajo de las costillas.
- Dolor que se propaga hacia la parte baja del abdomen y la ingle.
- Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa.
- Dolor o sensación de ardor al orinar.
Otros signos y síntomas podrían incluir:
- Orina de color rosado, rojo o marrón.
- Orina turbia o con olor desagradable.
- Necesidad constante de orinar o hacerlo en pequeñas cantidades.
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre y escalofríos, si existe una infección.
Causas que generan los cálculos renales
A menudo no tienen una sola causa definida, aunque diversos factores pueden aumentar el riesgo de presentarlos. Se producen cuando la cantidad de sustancias que forman cristales, como calcio, oxalato y ácido úrico en la orina, es mayor de la que pueden diluir los líquidos presentes en esta. Al mismo tiempo, la orina puede carecer de sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos a otros, lo que crea un entorno ideal para la formación de cálculos renales.
Tipos de cálculos renales
Hay varios tipos de cálculos renales, los principales y más frecuentes son:
Cálculos de calcio
Están conformados por compuestos de calcio, especialmente de oxalato. También pueden tener fosfato de calcio y otros minerales. La alimentación cotidiana contiene, habitualmente, regular cantidad de oxalatos las mismas que prevalecen en la absorción cuando no se ingiere una dieta balanceada (como citratos) que contrarreste la absorción de los oxalatos.
Cálculos de ácido úrico
Muchos cálculos renales están compuestos de ácido úrico. Las probabilidades de tener cálculos de este tipo aumentan si se tiene:
- Poca producción de orina.
- Una dieta rica en proteína animal, como las carnes rojas.
- Un aumento en la cantidad de alcohol que se toma.
- Gota.
Cálculos de estruvita
Ocurren por infecciones de las vías urinarias o de los riñones. Pueden ser graves, porque a menudo son grandes. Para estos cálculos generalmente se necesita tratamiento quirúrgico para la extracción del cálculo, incluyendo antibióticos. Las mujeres suelen verse afectadas más que los hombres, debido a que suelen tener mayor riesgo de infecciones urinarias.
Cálculos de cistina
Son menos comunes y tienden a ocurrir en quienes sufren una afección que causa demasiada cantidad de una sustancia llamada cistina en la orina (cistinuria).
Factores de riesgo de los cálculos renales
- Beber poca agua.
- Tener miembros de la familia que han desarrollado cálculos renales.
- Llevar una dieta baja en fibra, magnesio, potasio y citratos e ingesta alta de sal y exceso en proteínas.
- La baja o no ingesta de Citrato de calcio o lácteos dietéticos.
- Ser hombre.
- Tener entre 20 y 70 años de edad.
Diagnóstico
Análisis de orina. Puede mostrar que si se está eliminando demasiados minerales que forman cálculos o muy pocas sustancias que previenen su formación.
Pruebas de diagnóstico por imágenes. La tomografía computarizada de alta velocidad o de doble energía puede revelar incluso cálculos diminutos. Los rayos X abdominales simples se usan con menos frecuencia, pues pueden pasar por alto los cálculos renales pequeños. La ecografía es otra opción de prueba rápida y económica por imágenes para diagnosticar cálculos renales.
Análisis en los casos que los cálculos sean expulsados. El análisis de laboratorio revelará al médico la información en torno al origen de los cálculos y establecer un plan para evitar que se formen otros.
Tratamientos
Un urólogo puede extraer la piedra o romperla en pedazos pequeños usando uno de los siguientes tratamientos:
Litotricia por ondas de choque. Utilizada para romper el cálculo en pedazos muy pequeños para que puedan pasar a través de las vías urinarias y expulsarlos.
Cistoscopia y ureteroscopia. El médico inserta dos instrumentos especiales, el cistoscopio o el ureteroscopio, a través de la uretra para ver el resto de las vías urinarias. Una vez que ubique el cálculo, puede sacarlo o romperlo en pedazos más pequeños.
Nefrolitotomía percutánea. El médico utiliza una herramienta delgada de visualización, para localizar y sacar la piedra en los riñones. Para una piedra más grande, también puede utilizar un láser para romperla en pedazos más pequeños.
Prevención
Cambios en el estilo de vida:
- Elegir una dieta con bajo contenido de sal y proteínas animales, e incrementar las legumbres.
- Si se tiene tendencia a formar cálculos de oxalato de calcio, el especialista puede recomendar reducir los alimentos ricos en oxalatos. Entre ellos los frutos secos, el té, el chocolate, la pimienta negra y los productos de soya.
Beber agua todo el día:
- En el caso de las personas con antecedentes de cálculos renales, se suele recomendar que beban 3 litros de líquidos sanos para eliminarunos 2.5 litros de orina al día. Si la orina es clara y transparente, es probable que estés tomando la cantidad suficiente de agua.
No descontinuar la ingesta de derivados lácteos o suplementación de calcio como el Citrato de calcio (Calcibone® D) debido a que está demostrado que la suspensión de estas ingestas aumentaría la producción de cálculos de oxalato de calcio, por lo tanto, se debe corregir la idea equivocada que el consumo de lácteos o suplementos de Citrato de calcio producirían riesgo de litiasis renal.
Tratamiento farmacológico de los cálculos renales
En Fase Expulsiva o aguda:
- Tamsulosina 0.4mg: Se suele indicar para apoyar la eliminación de los cálculos renales desprendidos localizados en la parte final del uréter cercano a la vejiga, así como para favorecer la expulsión del cálculo por la uretra.
- Citrato de Potasio (Urocit-K®): Reduce de tamaño al cálculo favoreciendo su expulsión y aumentando su eficacia cuando se asocia conjuntamente con la Tamsulosina.
En Fase Preventiva:
- El Citrato de Potasio (Urocit-K®) es el tratamiento de elección indicado a largo plazo para disminuir las recurrencias de los cálculos renales de oxalato, ácido úrico y de cistina, que representan el mayor porcentaje de casos.
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