La sarcopenia es una enfermedad que se caracteriza por presentar pérdida de masa y fuerza muscular al punto de disminuir bastante el rendimiento físico que aumenta el riesgo de mayor mortalidad. Este problema suele presentarse a partir de los 50 años y dentro de las causas, encontramos la deficiencia de vitamina D, llevar una vida sedentaria y escasa actividad física, causas hormonales, entre otros factores influyentes. Para reconocer éste problema y buscar un tratamiento, es necesario prestar atención a los siguientes síntomas de la pérdida de masa muscular.

Uno de los principales síntomas de la pérdida de masa muscular es perder peso.

Muchas personas son felices si ven que han perdido peso, sin embargo, si esto se da de manera repentina sin haber hecho nada para lograrlo, entonces puede ser un síntoma de pérdida de masa muscular y hay que prestar atención a este detalle.

La pérdida de masa muscular presenta síntomas como menor resistencia al ejercicios.

Cuando perdemos masa muscular, perdemos resistencia física, y un síntoma que puede ponerte alerta es que ya no resistes a ciertos ejercicios que antes sí podías realizar. También presta atención si te tardas más en recuperarte físicamente.

La debilidad corporal es otro síntoma de pérdida de masa muscular.

Si estás perdiendo masa muscular y no estás haciendo nada para evitarlo, puedes presentar síntomas más severos como debilidad corporal, al punto de tener dificultad para movimientos básicos como levantarse de una silla.

¿Qué hacer si tienes síntomas de pérdida de masa muscular?

Lo primero que se debe hacer es acudir al médico para que realice las evaluaciones pertinentes que le ayuden a saber qué tratamiento seguir para ganar masa muscular. De igual manera, te comentamos algunos consejos para desarrollar tus músculos. Seguir una alimentación balanceada y alta en proteínas. Realizar ejercicios enfocados en ganar músculos. Tomar suplementos, como la vitamina D3 (Farma D), que ayudan a evitar la pérdida de masa muscular. Cumplir tus horas de sueño, que son entre 6 y 9 horas diarias nocturnas ininterrumpidas.