La vitamina D es el nutriente que ayuda al organismo a incorporar el calcio procedente de los alimentos que ingerimos, por ello resulta tan importante cuando se trata de los niños. Juntos, el calcio y la vitamina D, ayudan a formar y mantener los huesos sanos y fuertes, además de servir de eficaz auxiliar en las terapias de curación de lesiones o después de alguna cirugía.
La vitamina D también desempeña un trascendente papel en el sistema inmune para combatir las infecciones así mismo en la salud del corazón y la mayoría de los órganos del cuerpo. El cuerpo la fabrica en la piel cuando se expone al sol, aunque no suele hacerla en cantidades suficientes porque depende del área de exposición con una adecuada inclinación de los rayos solares sobre la piel. Una de las razones es que la mayoría de los niños, al igual que los adultos, pasan mucho tiempo en lugares interiores. Además, actualmente la capa de ozono de la atmósfera del planeta está tan afectada que permite el paso de la radiación ultravioleta, perjudicial para la salud, aumentando el riesgo de cáncer, entre otras enfermedades de la piel por lo que las sociedades científicas de Dermatología (piel) y Oncología (cáncer) no recomiendan la exposición solar y por el contrario indican la utilización de bloqueadores solares, aun estando en épocas de invierno. Si el médico sospecha que se carece de vitamina D, puede comprobarlo mediante el análisis de sangre.
Fortificar los alimentos
A todo esto, se añade que no son muchos los alimentos que contienen vitamina D. Los que la poseen en mayor proporción son los pescados grasos como el salmón y el atún, los aceites de pescado, en general cantidades de vitamina D que tampoco cubren los requerimientos en las porciones habituales sin considerar que los infantes no ingieren este tipo de alimentos con la frecuencia requerida para mejorar su aporte. Por ello, algunas compañías de productos alimenticios añaden vitamina D a la leche, al yogurt, a las distintas fórmulas preparadas para bebés, a los jugos de fruta y los cereales para el desayuno, entre otros. A este proceso se le conoce como el de “fortificar” los alimentos. De la misma manera, la mayoría de estas fortificaciones tampoco cubrirían los requerimientos necesarios en la población pediátrica siendo cada vez más necesarias la suplementación individualizada.
Los suplementos: ¿la mejor opción?
La suplementación de vitamina D es la mejor opción para garantizar los requerimientos necesarios y en consecuencia para una óptima salud ósea-esquelética, inmune y de otros órganos que dependen de la Vitamina D, basado en el siguiente contexto actual:
- La deficiencia de la vitamina D es una pandemia global en todos los grupos de edad a consecuencia de la disminución de las actividades al aire libre y del necesario uso de bloqueadores solares para evitar el daño por la radiación solar.
- Durante la gestación la mayoría de las madres no han recibido adecuada suplementación de vitamina D y por consiguiente tienen escasa cantidad de vitamina D en la leche materna, que es el único alimento del recién nacido durante los primeros meses de vida.
- Los alimentos accesibles a la población no cuentan con cantidades suficientes de vitamina D aún en los alimentos fortificados.
Por lo tanto, es razonable que el pediatra tenga en cuenta los factores de riesgo y recomendar una adecuada suplementación que incluiría la cantidad diaria recomendada de este nutriente.
En niños, la más reciente recomendación de ingesta de vitamina D, según la Sociedad Americana de Endocrinología y la Sociedad Italiana de Pediatría es:
0 a 12 meses:
- Dosis de Carga: 2000 UI/día de Vitamina D3 x 6 semanas
- Mantenimiento: 400 (sin factores de riesgo) a 1000 UI/día (con factores de riesgo)
- Dosis máxima día: 2000 UI
1 a 18 años:
- Dosis de Carga: 2000 UI/día de Vitamina D3 x 8 semanas
- Mantenimiento: 600 (sin factores de riesgo) a 1000 UI/día (con factores de riesgo)
- Dosis máxima día: 4000 UI
La vitamina D también regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales.
Según un reporte de la Clínica Mayo, en la investigación sobre el uso de la vitamina D para afecciones específicas, se pudieron observar las siguientes consideraciones:
“Sin vitamina D, los huesos pueden volverse blandos, delgados y frágiles, pudiendo incluso llegar a producir Raquitismo. Por lo tanto, si no se obtiene una cantidad suficiente de vitamina D del sol (por adecuado uso de bloqueadores solares para evitar daño de la radiación) o de fuentes alimentarias (que son insuficientes), se necesitaría de suplementos de vitamina D.
Seguridad de la Vitamina D
Tomada en dosis adecuadas según las recomendaciones previas, la vitamina D se considera muy segura. Sin embargo, ingerirla en exceso, puede ser dañino especialmente cuando se utilizan dosis altas o megadosis, en lugar de la administración diaria, que es la forma más fisiológica de administrar la vitamina D.
En octubre de 2014, la American Academy of Pediatrics (AAP), publicó un informe en torno a esta vitamina esencial, en el cual reiteró algunos de los aspectos que ya hemos señalado, pero con algunas puntualizaciones prácticas:
“La sabiduría popular dice que, si su niño bebe leche y juega afuera, está recibiendo suficiente vitamina D. Sorprendentemente, no siempre es así.
Sabemos más ahora sobre la vitamina D de lo que sabíamos hace cinco años. Debido a los cambios en el estilo de vida y el uso de protector solar, la mayoría de la población muestra señales de deficiencia de vitamina D. La vitamina D ayuda a asegurar que el cuerpo absorba y retenga el calcio y el fósforo, ambos críticos para el desarrollo de los huesos. Una deficiencia de vitamina D puede llevar al raquitismo, una enfermedad de ablandamiento de los huesos que se continúa presentando en los Estados Unidos, principalmente en los primeros dos años de vida. También aumenta el riesgo de fracturas óseas en niños mayores, adolescentes y adultos”.
Es importante que los bebés alimentados con leche materna reciban un suministro adecuado de vitamina D según las recomendaciones previamente descritas de la Sociedad Americana de Endocrinología y Sociedad Italiana de Pediatría.
Al momento, para la población pediátrica ya se cuenta con un suplemento en gotas especializado en Vitamina D (Farma D gotas) que permitirá al médico brindar las dosis adecuada, considerando que cada gota de esta presentación (Farma D gotas) equivale a 200 Unidades internacionales (UI).
Signos de deficiencia
Es probable que los niños con una deficiencia leve de vitamina D presenten pocos síntomas o ninguno. Los niños que poseen niveles extremadamente bajos de esta vitamina pueden sentirse cansados y quejarse de dolor óseo o muscular. En los casos más graves, pueden sufrir fracturas óseas frecuentes o desarrollar raquitismo.
“Los niños con piel más oscura pueden correr más riesgo de desarrollar deficiencia de vitamina D que otros. Si tiene piel oscura, la melanina de la piel (el pigmento) reduce la capacidad del cuerpo de producir vitamina D de manera eficaz”, explica la doctora Sarah E. Barlow, gastroenteróloga pediátrica, directora del Programa integrado para la obesidad infantil de Children’s Health Hospital. (Lo que los padres deben saber sobre la vitamina D para los niños).
Deficiencia de vitamina D y Raquitismo
El Raquitismo es una afección que ocurre cuando se ablandan los huesos en los niños en crecimiento. Sucede cuando no pueden absorber suficiente calcio y fósforo para hacerlos sanos y fuertes. Aunque existen causas genéticas y metabólicas para el raquitismo, la más común es la deficiencia de vitamina D, lo cual se conoce como raquitismo nutricional.
La flexión o arqueamiento de los huesos de las piernas es el síntoma más clásico, debido al estrés de los huesos «blandos» que no tienen suficientes minerales al caminar. A un bebé que gatea, que aún no camina, se le puede ensanchar el área de las muñecas por la misma razón. En los casos más severos, se observa inflamación en los extremos de las costillas. Algunas veces el nivel de calcio en la sangre puede ser tan bajo, que se pueden sufrir convulsiones.
En estos casos el Consenso mundial sobre Raquitismo nutricional recomienda:
- En edades de 0 a < 1 año: 2000 UI/día de Vitamina D3
- De 1 a 12 años: 3000-6000 UI/día
- Para menores de 12 años: 6000 UI/día, mínimo por 3 meses
- Calcio: 30 a 75 mg/kg/día de calcio elemental en 3 dosis divididas (Kidcal suspensión)
Tras la curación del Raquitismo, recomendamos:
- En niños menores a 1 año: 400 -1000 UI/día
- Desde 1 a 18 años: 600-1000 UI/día.
Conclusiones:
- El médico diagnostica deficiencia de vitamina D con una combinación de exámenes físicos, radiografías y por medio de pruebas sanguíneas que revelan bajos niveles de vitamina D.
- Los bebés que son amamantados y no consumen vitamina D adicional corren el riesgo más alto, incluso mayor si la madre también sufre de deficiencia de la vitamina D.
- Un factor de riesgo frecuente se presenta en quienes tienen piel oscura y en quienes se protegen adecuadamente con uso de bloqueador solar para evitar los daños de la radiación.
- El tratamiento requiere inicialmente dosis adecuadas de vitamina D₃ para fortalecer los depósitos del cuerpo, según las recomendaciones de la Sociedad Americana de Endocrinología, Sociedad Italiana de Pediatría y Consenso mundial de Raquitismo nutricional. El régimen puede variar según criterio médico basado en el tamaño y la edad del niño.
- Si el tratamiento es adecuado, los niveles de vitamina D en sangre comienzan a resolverse entre 6 a 8 semanas aproximadamente. Si se ha presentado Raquitismo y por ende arqueamiento en las piernas, puede tomar muchos meses para que se enderecen, pero por lo general mejoran.
0 Comments
Trackbacks/Pingbacks