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Déficit de vitamina D en niños

Tenga cuidado con el déficit de vitamina D en los niños

La vitamina D es un nutriente necesario para la salud. Es importante porque ayuda al organismo a incorporar el calcio procedente de los alimentos que ingerimos, por ello resulta fundamental cuando se trata de los niños. Juntos, el calcio y la vitamina D, ayudan a formar y mantener los huesos sanos y fuertes, además de tener un rol importante en el mantenimiento del equilibrio de varios sistemas biológicos como la curación de heridas, el sistema inmune, regulación del sistema cardiovascular, entre otros.

La vitamina D se puede obtener de la exposición al sol, sin embargo, debido al uso del bloqueador solar y el tiempo prolongado que permanecen en ambientes internos la síntesis de esta vitamina es deficiente.   Si el médico sospecha que carece de vitamina D,  puede solicitarle un análisis de sangre.

La deficiencia de vitamina D puede causar perdida de la densidad ósea lo cual puede contribuir en la aparición de osteoporosis y fracturas. En los niños ante una deficiencia severa de vitamina D puede causar raquitismo, haciendo los huesos mas suaves.  

Los niños que se encuentran con lactancia materna están en riesgo desarrollar deficiencia de vitamina D, debido a que la leche humana es una fuente pobre en vitamina D, también los niños con piel más oscura ya que la melanina (el pigmento) de la piel reduce la capacidad del cuerpo de producir vitamina D de manera eficaz”, explica la doctora Sarah E. Barlow, gastroenteróloga pediátrica, directora del Programa integrado para la obesidad infantil de Children’s Health Hospital. (Lo que los padres deben saber sobre la vitamina D para los niños).

Si opta por darle a su hijo suplementos de vitamina D, tenga en cuenta las asignaciones diarias recomendadas para la edad de su hijo. “Es posible recibir demasiada vitamina D, y cuando eso sucede, los niños pueden desarrollar cálculos renales”, indica la Dra. Barlow.

Prevenir el raquitismo  

El raquitismo es una afección que ocurre cuando se ablandan y debilitan los huesos en los niños en crecimiento, generalmente causado por una extrema y prolongada deficiencia de vitamina D. La vitamina D ayuda a la absorción del calcio y el fosforo de los alimentos. Aunque existen causas genéticas y metabólicas para el raquitismo, la más común es una deficiencia de vitamina D. Se le conoce como raquitismo nutricional.

El síntoma más clásico es la flexión o arqueamiento de los huesos de las piernas, debido al estrés de caminar en los huesos “blandos” que no tienen suficientes minerales. A un bebé que gatea y que aún no caminan se le puede ensanchar el área de las muñecas por la misma razón. En los casos más severos, se observa inflamación en los extremos de las costillas. Algunas veces el nivel de calcio en la sangre puede ser tan bajo, que se pueden sufrir convulsiones.

Cómo es el tratamiento

El médico lo diagnostica con una combinación de exámenes físicos, radiografías y por medio de pruebas sanguíneas que revelan bajos niveles de fósforo y calcio con un nivel elevado de una enzima llamada fosfatasa alcalina.

Los bebés que son amamantados y no consumen vitamina D adicional  corren el riesgo más alto, incluso mayor si la madre también sufre de deficiencia de la vitamina D. Ocurre más a menudo en las personas de piel oscura y en quienes no se exponen mucho a los rayos solares.

El tratamiento requiere altas dosis de vitamina D2 o de vitamina D3 para fortalecer los depósitos de vitamina D del cuerpo. La dosis depende de la edad del paciente indicándose para pacientes menores de 1 mes 1000 UI, de 1-12 meses 1000 – 5000 UI y en mayores de 12 meses 5000 UI por 2 a 3 meses, luego su médico le indicara una dosis menor de mantenimiento. Algunos médicos utilizan otros regímenes, por lo cual hay que consultarlos en todos los casos.

Si el tratamiento es adecuado, los cambios detectados en las radiografías comienzan a resolverse y el fosfato alcalino de la sangre se normaliza entre 6 a 8 semanas aproximadamente. Si se ha presentado arqueamiento en las piernas, puede tomar muchos meses para que se enderecen, pero por lo general mejoran.

Fuentes naturales: el sol y los alimentos

Las vitaminas son importantes para la salud. En el caso de los niños, se debe prestar especial atención a la vitamina D. Entre sus fuentes está la luz solar y ciertos alimentos. La piel la produce naturalmente cuando se expone al sol. Es por eso que se la conoce como “la vitamina del sol”. La mayoría de las personas pueden obtener la cantidad correcta con solo 10 a 15 minutos de exposición directa al sol algunas veces por semana.

Sin embargo, durante el invierno, o para los niños que viven en zonas de clima nublado o que no pasan mucho tiempo al aire libre, la vitamina D tendría que provenir de fuentes alimentarias. Como recordatorio, es importante no exagerar la exposición al sol, ya que puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.

También puede encontrarse naturalmente en pescados como el salmón, el arenque y el atún. Otros alimentos y bebidas fortificados con vitamina D son la leche, el yogur y los cereales para el desayuno. Incluir estos alimentos enriquecidos como parte de una dieta bien equilibrada, es una opción que no deja de ser recomendable.

Entre las bondades de la vitamina D está que ayuda al organismo a absorber y regular adecuadamente el calcio, que es esencial para la salud de los huesos. En ese sentido, si no ha suficiente vitamina D, los niños pueden tener huesos débiles o quebradizos, que se fracturan fácilmente.

Además, la vitamina D es muy importante para el cuerpo por muchas otras razones. Los músculos requieren esta vitamina para el movimiento. Es decir, los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo, y el sistema inmunitario emplea la vitamina D para combatir los virus y las bacterias que lo invaden.

Suplementos de vitamina D

Debido a que la leche materna no es una buena fuente de vitamina D, , la Sociedad Americana de pediatría recomienda la obtención de esta vitamina  a través de algún suplemento que se. mide a través de unidades internacionales (UI). En el en caso de los bebés recién nacidos hasta el año requieren de 400 UI de vitamina D por día, mientras que, en niños de 1 a 13 años la cantidad recomendada es de 600 UI.

Este suplemento puede administrarse a través de gotas líquidas o jarabes de vitamina D. Los bebés alimentados con leche de fórmula también deben recibir un suplemento líquido.

En el caso de que se determine que el niño o adolescente no esté recibiendo suficiente vitamina D a partir de la dieta o la exposición al sol, habrá que consultar con el pediatra si necesita un suplemento. Un multivitamínico diario para niños incluiría la cantidad diaria recomendada de vitamina D.

Si se opta por darle a al niño suplementos de vitamina D, tenga en cuenta las asignaciones diarias recomendadas para cada rango de edad del infante. Recuerde siempre consultar con su pediatra.

Referencias:

Basma A. Dahash; Senthilkumar Sankararaman. Rickets. National Library of Medicine

Harvard T.H. Chan. Vitamin D.

Vitamina D para bebes, niños y adolescente. Healthy children.org. American Academy of Pediatrics.

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