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Lo que debes saber de la enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es una pérdida progresiva e irreversible de la correcta función de los riñones, debido a la disminución del filtrado glomerular, que es el proceso por el cual los riñones filtran la sangre, eliminando el exceso de desechos y líquidos.

¿En qué consiste el filtrado glomerular?

El filtrado glomerular básicamente consiste en que la sangre entra en el riñón a través de la arteria renal y ésta se va a ir dividiendo, hasta llegar al elemento básico que es glomérulo renal.

Llega por la arteriola aferente y se forma lo que se llama ovillo capilar, que producirá la filtración propiamente dicha. Después saltará a la sangre a través de la arteria eferente.

Cuando se da la filtración, lo que es filtrado pasa hacia el túbulo renal y al final saldrá en forma de la orina.

La velocidad a la que se produce esta filtración es lo que se llama filtrado glomerular, o tasa de filtrado glomerular. Básicamente en personas normales está en 100-120 ml líquido filtrado por minuto, en una superficie de 1,73 metros cuadrados de superficie corporal.

Este dato tiende a ser ligeramente menor en mujeres, y disminuye lentamente en todos a medida en que envejecemos. 

Causas de la enfermedad renal crónica

Básicamente las causas principales son la hipertensión y la diabetes. También está la edad avanzada, pues con el paso del tiempo se va afectando de forma natural la función renal y luego, tener antecedentes de enfermedad cardiovascular por otras causas.

La hipertensión y la diabetes causarán una lesión progresiva y específica. Lo que ocurre es que hay una pérdida de nefronas y esta disminución tiene zonas de aumento de lesión de nefronas lesionadas, que darán lugar a una disminución de la función renal, llegando a tener una pérdida de hasta 70% de la masa renal, manteniéndose el paciente asintomático.

Además, existe una lista de posibles causas que pueden predisponer a una enfermedad renal crónica, entre ellas:

  • Enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide.
  • Infecciones como el VIH, las urinarias, la hepatitis B y C. T
  • Mieloma múltiple, poliquistosis, la estenosis de arteria renal y los tóxicos, como el cigarrillo o la heroína.
  • Fármacos como antiinflamatorios no esteroideos.

Los síntomas

Los síntomas de la enfermedad crónica renal, por lo general, tienden a ser los mismos de otras enfermedades cuando se está en etapa inicial.

Entre ellos la persona puede presentar:

  • Fatiga
  • Sensación de malestar
  • Dolor de cabeza
  • Falta de apetito y pérdida de peso.
  • Piel reseca y náuseas.

Una vez que la enfermedad ha avanzado, se puede presentar dolor en los huesos, mal aliento, piel clara u oscura de manera anormal, somnolencia, hinchazón de los pies y las manos, mucha sed, vómitos, dificultad para respirar e hipo frecuente, entre otros.

Consecuencias de la enfermedad renal crónica

Además de la función del riñón para eliminar residuos, estos juegan un rol importante en el balance hidroelectrolítico (agua y sales).

Hipercalemia: El riñón ayuda a nivelar el potasio en sangre, pero en la enfermedad renal crónica es menor la cantidad de potasio excretado, acumulándose en sangre. La hipercalemia puede causar desmayos, pulso lento o irregular, entre otros.

Hipocalcemia: Otro rol importante es el balance de calcio. Normalmente, el riñón ayuda a la activación de vitamina D, lo cual luego ayuda a la absorción de calcio de la dieta. Pero en la enfermedad renal crónica se encuentra menor activación de dicha vitamina, así que menos calcio es absorbido hacia la sangre, llevando así a la hipocalcemia (disminución de calcio).

Cuando los niveles de calcio caen se activa la excreción de la hormona paratiroidea, produciendo una pérdida de calcio en los huesos para suplir la poca cantidad en sangre. Con el tiempo, esta falta de calcio deja los huesos débiles y frágiles, condición conocida como osteodistrofia renal.

Hipertensión: El riñón también libera hormonas que son claves. Por ejemplo, cuando los riñones detectan una cantidad debajo de lo normal de fluido que está siendo filtrado, éstos responden liberando la hormona renina, para así aumentar la presión sanguínea. En la enfermedad renal crónica se genera una máxima secreción de renina, generando hipertensión. Ahora, partiendo de que la hipertensión en sí misma es una causa de la enfermedad renal crónica, esto crea un círculo vicioso para el organismo.

Anemia: El riñón también excreta la hormona eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos por parte de la médula ósea. Pero en la enfermedad renal crónica los niveles de eritropoyetina caen, llevando consigo a una menor producción de glóbulos rojos y anemia.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la enfermedad renal crónica se resume en observar cambios en la tasa de filtrado glomerular con el tiempo, para la cual el médico necesitará mediciones de las concentraciones plasmáticas de creatinina.

La enfermedad se sospechará con un filtrado menos a 90 ml por minutos por 1,73 metros cuadrados de superficie corporal. El daño irreversible en el riñón ocurrirá cuando la tasa de filtrado glomerular baja a menos de 60.

El tratamiento generalmente se basa en el control del factor causal. En situaciones severas la diálisis y los trasplantes de riñón pueden llegar a necesitarse.

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