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estrés y digestión

¿El estrés puede afectar la digestión?

El estrés puede afectar negativamente la salud del cuerpo humano, y uno de los sistemas que más sufre por su causa es el digestivo. La razón principal es la conexión que existe entre el cerebro y el tracto gastrointestinal.  En este artículo, exploramos cómo el estrés impacta en la digestión y qué medidas podemos tomar para mitigar sus efectos negativos.

¿Cómo se produce el estrés?

El estrés es una reacción normal que tiene el cuerpo ante una situación desafiante, en la cual el cerebro activa la respuesta “de huida o lucha”. Ante un episodio de estrés se liberan diversas hormonas que viajan por el torrente sanguíneo y controlan ciertas reacciones del organismo. Las principales hormonas que se liberan son la adrenalina y el cortisol. La primera, aumenta la presión arterial y aporta más energía. Mientras que la segunda -principal causante del estrés- reduce las funciones del organismo que no son necesarias en una situación de alarma, entre ellas las del aparato digestivo.

El estrés puede clasificarse en dos tipos:

  • Estrés agudo: se produce en situaciones puntuales y se maneja con facilidad.
  • Estrés crónico: se produce constantemente y puede llegar a generar crisis.

Relación entre el cerebro y el intestino

Existe una comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino, conocida como eje cerebro-intestino. Esta red está compuesta por el cerebro, la médula espinal , el sistema nervioso autónomo -que comprende los sistemas nerviosos simpático, parasimpático y entérico- y los sistemas neuroendocrino y neurohumoral. En este estudio “Eje cerebro intestino microbiota. Importancia en la práctica clínica” se profundiza más sobre este tema.

El sistema nervioso entérico es el responsable de controlar la motilidad estomacal (movimientos intestinales que hacen posible el paso de los alimentos desde la boca hasta el ano). A este sistema se le conoce como el segundo cerebro, ya que comparte los mismos neurotransmisores con el cerebro y la médula espinal. Una vez que los alimentos entran al intestino las células nerviosas contenidas en él comienzan a hacer su trabajo. Estas indican a los miocitos el inicio de las contracciones musculares para impulsar la comida de principio a fin. El sistema entérico también utiliza neurotransmisores como la serotonina para interactuar con el sistema nervioso central.

Es gracias a esta relación estrecha entre cerebro e intestino que los episodios de estrés pueden afectar gravemente la función intestinal. Siendo capaz de ralentizar la digestión, además de ocasionar acidez, reflujo, estreñimiento y síndrome del intestino irritable. Son múltiples los factores que pueden ocasionar un trastorno gastrointestinal. Sin embargo, el estrés es uno de los principales. Según un artículo de la Universidad de Harvard “la relación entre el estrés ambiental o psicológico y el malestar gastrointestinal es compleja y bidireccional: el estrés puede desencadenar y empeorar el dolor gastrointestinal y otros síntomas, y viceversa”.

¿Cómo gestionar el estrés para evitar molestias intestinales?

Según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, el estrés se puede mitigar:

  • Realizando actividades que ayuden a mantener el equilibro mental
  • Durmiendo lo suficiente
  • Realizando actividad física
  • Manteniendo una dieta saludable
  • Alejándose de los focos que causan mayor estrés
  • Acudiendo a psicoterapia


Fuentes:

  1. https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/stress-and-the-sensitive-gut
  2. https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/stress/art-20046037#:~:text=El%20cortisol%2C%20que%20es%20la,organismo%20que%20reparan%20los%20tejidos.
  3. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1022-51292022000200106
  4. https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/stress

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